La rutina puede ser una de las peores cosas que le pueden pasar a una pareja de enamorados. Por más que se quieran, por más buena relación que tengan y amor sano que se den, cuando la rutina empieza a devorarlo todo y cada día es igual que el anterior… El ser humano es un animal racional pero también instintivo, y necesitamos de estímulos continuos para estar bien, para centrarnos pero a la vez disfrutar de lo diferente. Nos ahogamos cuando llevamos demasiado tiempo estancados, buscamos nuevas experiencias, nuevas emociones, y a veces esto también se lleva al terreno emocional. Llevamos años con esa persona que sabemos que es perfecta para nosotros porque nos complementa, nos hace sentir en casa, nos quiere y nos cuida. Pero las cosas ya no son como antes. Nunca son como antes, en realidad, porque siempre lo vemos todo con ese filtro de nostalgia tan peligroso que nos lleva a pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor.
El aspecto sexual es uno de los que más evoluciona en una relación, y normalmente es para mal. Es decir, al principio del noviazgo, el sexo es una de las cosas que más se disfruta, algo que indudablemente marca la diferencia con el resto de relaciones. Se tienen varios encuentros por semana, incluso todos los días, por la fogosidad de esos primeros meses. Sin embargo, la relación sigue adelante, evoluciona, y con ella también la forma en la que entendemos el placer. Nos hacemos más viejos, se pierde en parte la chispa que había… y el sexo se convierte en algo más anodino. Claro que no tiene por qué ser así siempre, y hay muchas parejas que luchan para evitar que la rutina también arruine esa parte de su vida. Por eso, las fantasías son tan importantes a la hora de disfrutar del sexo y el placer. Llevarlas a cabo puede fortalecer mucho nuestras relaciones, sobre todo si conseguimos que sean puntos de anclaje para nuevas experiencias. Y una de esas fantasías más habituales y comunes es la de disfrutar del sexo en la playa, algo con lo que seguramente todos hemos soñado alguna vez.
El morbo del sexo al aire libre
Uno de los sueños eróticos más habituales tanto en chicos como en chicas es tener sexo al aire libre, con la posibilidad además de que alguien nos descubra. Es algo muy habitual que cualquier persona haya fantaseado con esto alguna vez, y es que el morbo que proporciona el hacerlo ante la vista de todos puede llegar a ser demasiado intenso. Claro que hay gente a la que por nada del mundo le gustaría que le pillaran en pleno acto sexual, pero tampoco hace falta que se nos vea. Es simplemente la emoción de hacerlo en un lugar público, o al aire libre, sabiendo que podemos ser pillados, pero teniendo cierto cuidado en no ser descubiertos. La playa es, de hecho, uno de los lugares que más se presta a esta fantasía, puesto que ya estamos medio desnudos y en una actitud cariñosa cuando vamos a ella.
Desde el estilo voyeur a las orgias nudistas
La pornografía ha sabido aprovechar esta fantasía para convertirla en una de sus fuentes de inspiración para una gran cantidad de escenas. Digamos que el sexo en la playa no se puede considerar una categoría de porno como tal, ya que más bien entraría dentro de sexo en público, o sexo al aire libre. Sin embargo, son tantos los vídeos que podemos encontrar con parejas teniendo relaciones sobre la arena, o en el mar incluso, que este tipo de escenas se han convertido en muy populares, por méritos propios. En ocasiones se graban desde lejos, al estilo voyeur, aunque la mayoría de veces todo esté planeado y la pareja protagonista sean actores profesionales. En otras ocasiones, estos vídeos son genuinamente amateurs, captados a parejas o personas que simplemente tienen sexo en la playa y no saben que están siendo grabados.
Esto puede llegar a ser un problema legal, obviamente, así que la mayoría de productoras prefieren preparar los vídeos con actores profesionales. Luego se venderán como “cazados”, pero al final es mejor tener sobre seguro que no va a haber problemas legales. Se suelen organizar en playas nudistas, ya que el ambiente aquí es más liberal y abierto, y seguramente nadie se escandalice por ver a dos personas teniendo sexo un poco más allá. De hecho, es habitual que estas playas estén frecuentadas por mirones o personas que terminan uniéndose a la escena, de forma natural. Es así como se crean las auténticas orgías playeras, que luego tienen millones de vistas en las plataformas pornográficas.
Playas del Caribe, las favoritas
Hay miles de playas en todo el planeta donde se graban este tipo de vídeos, ya que son tremendamente populares. Eso sí, en pocos lugares encontramos playas tan perfectas y paradisíacas como en el Caribe. Podemos presumir de tener seguramente las mejores playas del mundo en nuestra región, y no es casualidad que cada año sean millones los visitantes que vienen a disfrutar de ellas. Desde México a Cuba, pasando por el Caribe venezolana, nuestro mar nos ofrece unas posibilidades infinitas de diversión, también en lo que al sexo se refiere. Y es que cuando una productora americana quiere grabar un vídeo de este tipo con buena calidad, normalmente se dirige al Caribe.
Hay lugares perfectos para este tipo de grabaciones, y lo podemos comprobar cuando las vemos ya editadas y subidas a Internet. Los planos son espectaculares, la arena parece irreal, el color del agua… Al haber playas tan extensas, muchas veces se pueden hacer este tipo de escenas con toda la discreción del mundo, sin que nadie acabe fastidiando el plano. Este tipo de vídeos sirven luego para excitar aún más las fantasías de los espectadores, que se imaginan en esa misma situación. De hecho, tener sexo en la playa es una de las cinco fantasías más comunes en la mayoría de hombres y mujeres jóvenes. Muchos la han llevado a cabo, y aunque es cierto que resulta algo incómodo, por la arena sobre todo, también es tremendamente sugerente.
¿Son legales estas grabaciones?
A nadie se le escapa que los vídeos grabados en la playa pueden llegar a ser ilegales, dependiendo de la situación, el momento, lo que se grabe… Por ejemplo, si grabamos y subimos a Internet un vídeo en el que una pareja está teniendo sexo en la playa, sin pedir su consentimiento, seguramente estemos incurriendo en un delito. A pesar de que lo estén haciendo al aire libre, en un lugar público y a la vista de todos, la grabación y exposición de ese acto puede constituir un delito grave. Es por ello que debemos ser conscientes de los problemas que nos puede acarrear, y no grabar este tipo de escenas si no es en un ambiente profesional. Contratar a actores, o sencillamente, pedir permiso a la pareja que hayamos grabado. Nos sorprenderá que, muchas veces, aceptarán nuestra petición con ciertas condiciones, como el pixelado de sus rostros.